Hoy os traigo una receta un poco laboriosa pero fácil, una manera diferente de hacer unas simples pechugas de pollo y que puedan presentarse como para un día de fiesta, para llevar a la playa o dejarlas hechas y congelarlas e ir sacando para los niños como si de comida precongelada se tratase.
Pechugas Villaroy: pechugas rellenas con bechamel, que aportan una jugosidad extra.
Yo os recomiendo que las pechugas no sean muy finas para que el peso de la bechamel no las doble, y además que la cantidad de bechamel no sea demasiada para que no resulten muy pesadas; para darles un toque diferente les añadí queso rallado.
En casa nos han encantado. Con un buen rebozado de harina, pan y huevo quedan perfectas, como veis en la foto, que el rebozado no se separa de las pechugas.
Ingredientes:
Para la bechamel:
75 gramos de mantequilla
70 gramos de harina
400 mililitros de leche
Sal, nuez moscada, pimienta
50 gramos de queso rallado especial para fundir.
Pechugas
Para rebozar:
Harina, huevo y pan rallado (al mio le eché perejil y ajo en polvo)
Preparación:
Hacemos las pechugas con un poco de aceite y sal y dejamos que se enfríen.
En un cazo ponemos la mantequilla a derretir y echamos la harina, damos unas vueltas para que se tueste un poco (se formará una pelota) y a continuación añadimos la leche caliente poco a poco (para que podamos deshacer los grumos) la sal, la nuez moscada y la pimienta y removemos muy bien (podemos hacerlo con la batidora o con un accesorio de varillas) y continuamente hasta que espese muy bien, que no quede líquida o no podremos ponerla sobre las pechugas.
Añadimos el queso, removemos y dejamos que enfrie.
Ahora preparamos las pechugas Villaroy:
Repartimos la bechamel sobre las pechugas apretando bien y dejando una capa de medio centímetro como mucho.
Las pasamos por harina. No tengais miedo de que al rebozarlas por todos lados se vaya a caer la bechamel de la pechuga: no es así. Si os ha salido bien compacta se quedará pegada.
Una vez pasadas por la harina las mojamos bien en los huevos batidos que se empape por todos lados.
Terminamos pasandolas por el pan rallado. Podeis dejarlas así o darles un doble rebozado, es decir, volverlas a pasar por huevo y de nuevo por pan rallado (sin la harina esta segunda vez)
Freir en abundante aceite caliente. Y dejarlas sobre un papel absorbente para quitarles el exceso de grasa.
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